Junto con el plástico y el vidrio, el tecnopor no es un material biodegradable. Está presente en gran parte del embalaje de artículos electrónicos, como también en la elaboración de utensilios desechables como platos o vasos.
Lo máximo que puede hacer la naturaleza con esta estructura es dividirla en moléculas mínimas tardando aproximadamente un promedio de 100 años..
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